Sunday, February 04, 2007

Pseudoperiodismo en los medios

Hay eventos que sin merecer mucho análisis, ponen al descubierto el papel lesivo y amañado de los medios masivos de información a favor de la pobreza de las mayorías o si se quiere, de la riqueza de las minorías.

Como es bien sabido, en diciembre pasado, fue ejecutado Saddam Husseim, y cuyos finales momentos, fueron capturados por un teléfono celular con cámara y que permitieron dar a conocer al mundo este bochornoso momento.

Analicemos porqué no se televisan las ejecuciones de seres humanos, como parte del “espectáculo” cotidiano. Sencillamente, como puede imaginarlo cualquier ciudadano “de a pie”, sería de mal gusto o mas bien un evento morboso y por demás execrable que está rotundamente prohibido desde la más incipiente ética informativa.

Pero qué pasa con los noticieros de los medios masivos de información occidentales. Cual es su criterio para definir que se lleva al aire y qué no? El execrable hecho de haber publicado al planeta los momentos previos de barbarie y humillación de un ser humano, simplemente porque un “desadaptado” los logró filmar en su celular, lleva a muchas conjeturas:

Los medios masivos de comunicación, esos si no tienen alma? Ellos no se detienen a pensar si publicar tamañas imágenes raya con la ética o no? Entonces si alguien logra capturar en un celular la tortura de un desdichado ser humano, los medios lo devoran como aves rapaces para defecarlos en sus mórbidos espacios? Si un hecho, es filmado desde un teléfono móvil, sea lo que fuere, eso si se puede publicar?

Los espacios de información con los que hemos crecido y desgraciadamente nos hemos acostumbrado, están muy lejos de ser periodismo independiente. Hace mucho, que no son ni lo uno, ni lo otro. Si algún día existió un verdadero periodismo, fue obnubilado por una farsa informativa. La mayoría de “figuras periodísticas” que invaden nuestros hogares a través de los televisores, no son tal; son simplemente razoneros del poder que no tienen el más mínimo esbozo de sensibilidad que los lleve a meditar sobre esas pequeñas nimiedades de la ética.