Suenan tambores de crisis

“que pensaba que había una probabilidad de un 75% de una crisis monetaria en EE.UU. dentro de cinco años.” Paul Volcker.

Bill Gates y Warret Buffet, dos de los hombres más ricos del planeta, no hace mucho que afirmaron que la forma más segura de mantener la riqueza es tenerla en metal.

Solo por citar dos casos anecdóticos que predicen la caída del imperio. Es inminente, y por supuesto que esta caída tan estruendosa terminará por arrastrar al abismo a toda la economía mundial.

Decisiones tan desconcertantes de la gran potencia luego de la humillante derrota sufrida en Irak, como es la declaratoria inminente de guerra a Irán, precipitaran ese evento tan anunciado de crisis que hará feliz a buena parte de este hermoso planeta azul.

Con un total convencimiento, que producto de esa “nueva” conciencia colectiva que tiene claro, lo devastador del modelo económico y el costo en vidas y dolor, contribuirá a la gestación de una nueva sociedad, mas digna, humana y filantrópica, como único camino a la sostenibilidad y al buen vivir.

Un pulso a favor de Iran

El cambio radical de posición de los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (Estados Unidos, China, Francia, Reino Unido, Rusia) frente a la crisis iraní, deja mucho que pensar.

Hace apenas unos meses, la única salida al conflicto, propuesta con el particular estilo de los americanos, consistía en hacer llover bombas “mininucleares” sobre centros estratégicos de desarrollo nuclear como Natanz, para disuadir a Irán sobre su programa de desarrollo civil nuclear. Hoy, existen serias posibilidades de negociación, que esbozan un tono más conciliador y certero en la búsqueda de la paz mundial.

¿A qué se debe que EEUU ve terroristas, en donde hay petróleo y no ve amenazas nucleares en donde no lo hay (petróleo), como es el caso de Israel?

¿A qué se debe ese radical cambio de estilo en las relaciones internacionales de los americanos y su sequito europeo? ¿Una guerra perdida en Iraq, muy a pesar de la aplastante superioridad tecno-militar, habrá servido de buen consejero?

Sin olvidar que la pesca en río revuelto la está haciendo una de las Coreas, sin entrar en más detalles.

O tal vez, un estruendoso “mea culpa” y arrepentimiento sobre el desastre mundial que ha significado la expansión usamericana ha invadido la conciencia de George W. bush?

Vayamos descartando la última posibilidad, sin embargo, vale la pena reflexionar, que es lo que hace entrar en razón a la en otrora, pujante economía del norte.