El Nuevo Pensamiento del Sur

Existe un elemento esencial para la transformación de los pueblos y para nuestro caso, el de América Latina: la madurez de una masa crítica, consciente del camino que le conviene.

Es cierto, que a pesar del discurso izquierdista de Chávez, no deja de ser el principal socio comercial de los EEUU. Es cierto, que la nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia aun dista de ser tal, debido a los adendas y artimañas logradas por las multinacionales del ramo en los contratos de operación.

También es cierto que hasta Lula se le cuestiona su nominación de centroizquierda por algunos autores, debido a sus jugadas de derecha, como lo demuestra su alineación con la utopía de los biocombustibles con el norte.

Pero lo que nadie puede negar y pocos valoran, es la consolidación de un discurso del cual se apropian cada vez más los pueblos del sur, en donde es evidente el fracaso del neoliberalismo, con su reducción del estado; la inconveniencia de los dictámenes de los fondos multilaterales como el FMI para nuestros países; lo errático de materializar el ALCA, entre otras políticas diseñadas para los intereses norteños a costa de nuestro bienestar.

Nace pues, el interés nacionalista por recuperar nuestros recursos naturales; recuperar las empresas de comunicaciones y energéticas como prioridad. Se entiende la importancia trascendental de crear el Banco del Sur, en donde ya se apuntan Venezuela, Argentina y muy posiblemente Brasil y porqué no Ecuador. Se cree en el MERCOSUR, quien avanza sobre las cenizas del ALCA.

Esa doctrina ya está en la mente de los pueblos sureños, como herramienta esencial de desarrollo de América Latina y que por supuesto ya ha empezado a dar sus frutos y ha empezado a desdibujar la injerencia, intromisión y unilateralidad con que los yanquis manejaron por mucho tiempo su patio trasero.