Monday, February 18, 2008

Sangre Latinoamericana, Oro Negro para Norteamérica.

El sentimiento anti Chávez, en Colombia, demuestra que al perro si lo capan dos veces. La élite estadounidense, convenció al mundo occidental altamente desinformado y desinteresado en su presente, de invadir al país iraquí so pretexto de desmantelar un país plagado de armas de destrucción masiva, que supuestamente atentarían contra el mundo occidental. Armas cuyo paradero fue encontrado únicamente en la imaginación del presidente con casi la más baja popularidad en la historia de los Estados Unidos.

El país del norte ha demostrado no tener escrúpulos a la hora de apoderarse de la materia prima más preciada en el mundo capitalista y si de el dependiera, tendría bajo su yugo a Rusia, Irán, Irak y Venezuela por razones obvias.

Pierde la guerra en Irak como nadie en el mundo lo esperaba. Impávido ve como Rusia con su poder nuclear se le escapa de entre sus manos como agua pura. No le queda otra, que inundar sus usinas mediáticas con mentiras y desinformación para apoderarse del petróleo iraní y venezolano.

Pero Rusia y China, simplemente no van a ser simples espectadores a la hora de ver como el oro negro que tanto necesitan es manoseado por el imperio, sobre todo el petróleo iraní, sin entrar en más detalles en ese frente de análisis.

Por sustracción de materia, el imperio de la insolencia, adjetivo que a través de la historia ha caracterizado a todos los imperios, pone su punto de mira en el hermano país latinoamericano. Y al mejor estilo de un tirano, espera realizar su intromisión con sangre colombiana. Dividiendo y desestabilizando la región, con sus mejores misiles de cuarta generación, que explotan en el telediario una y otra vez, a un ritmo circadiano de letal precisión que han ido socavando con sus apuntes incendiarios la imagen del presidente venezolano dentro de la ingenua y folclórica sociedad colombiana.

La aún lejana confrontación colombo-venezolana dejaría su mejor tajada en el territorio del imperio; es decir: sangre latinoamericana, oro negro para Norteamérica.

Luego de mas de un millón de vícticmas iraquíes, cuantas vidas venezolanas y colombianas serían necesarias para saciar la sed de petróleo yanqui?

Solo espero, que al perro no lo capen dos veces.

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